Cabezas pide a Ciudadanos que fulmine su grupo municipal

• Se lo pide como último servicio del partido naranja a la ciudad en esta legislatura pues es una farsa de grupo municipal.
• El portavoz socialista da por hecho que Urueña y compañía irán en la lista del PP de mayo, por eso pide la expulsión de los ediles del partido de Arrimadas.
• Cabezas señala que el único objetivo del grupo de Ciudadanos es guardar las apariencias y evitar un escándalo mayúsculo, pero que este terminará produciéndose.
• Para los socialistas, los grupos del PP y Cs ya han consumado la unión a todos los efectos.

Cabezas pide a los dirigentes de Ciudadanos que vayan más allá de las palabras y dejen de “confiar” en unos concejales que ya ignoran al partido naranja y que van a rebufo del PP. Para el líder socialista la unión de partidos está consumada pero no comunicada.  Si no les expulsan de Ciudadanos estos concejales aparecerán en la lista del PP antes de que concluya la legislatura y la ignominia no podrá ser peor, ahora solo guardan las apariencias dentro de una gran incoherencia. Si Ciudadanos no lo hace, demostrará falta de autoridad y será cómplice necesario de la infamia realizada.

“No solo Gragera ha incumplido con su transfuguismo el acuerdo inicial de Cs con el PP de turnarse en el cargo de alcalde, despreciando a su partido de origen que ahora no tiene regidor de su signo, sino que los cargos de confianza de Ciudadanos trabajan ahora para el PP. Todo es un mamoneo, una farsa y un trágala que traspasa toda ética y que es corrupción con todas las letras. Por eso pido a Ciudadanos que expulse a sus ediles, que realmente ya no son suyos y fulmine así el grupo municipal. Es un último servicio a la ciudad en esta legislatura, ahorrándonos dinero y parando a estos caraduras que se aprovechan de lo público en beneficio propio», manifiesta Ricardo Cabezas.

El portavoz socialista reconoce que Ciudadanos está en un proceso de primarias y que tienen otras prioridades ahora mismo sus líderes, pero debieran dar un golpe de timón porque lo ocurrido en Badajoz denigra la acción política. No es suficiente con llamar tránsfuga al alcalde, ni con considerar corrupción su acción, es necesario parar esta cadena de descrédito a la institución municipal.